La semana pasada en uno de los largos recorridos que con
frecuencia hago por Bogotá en el carro, me tocó ser testigo de una conversación
entre dos periodistas en un programa radial.. Uno de los periodistas hizo una
pregunta jurídica sobre un hecho particular y el otro periodista con gran
propiedad le contestó. Al escuchar la respuesta el periodista que hizo la pregunta
le preguntó que por que sabía la respuesta y esta le contestó muy seria y
vehemente en su defensa que lo había visto en las películas. La verdad exploté de la risa y me conecté con una conversación que mi esposa y yo teníamos hace algunos
meses sobre la actitud de algunos de nuestros ilustres comunicadores. El debate
con mi esposa me llevó a unas reflexiones que resumo a continuación.
La ignorancia es una condición. A veces amarrada a la
historia personal por falta de oportunidades pero otras tantas una elección. La
arrogancia, en cambio, es siempre una elección. Busca tapar nuestras
inseguridades o exaltar nuestros aciertos. Es la decisión de desde donde
queremos queremos ver al mundo. Un micrófono (puede leerse, pluma, columna o
pantalla) es un micrófono y tenerlo
debería ser un reconocimiento acompañado de una enorme de responsabilidad.
Ignorancia, arrogancia y micrófono, actuando de manera
independiente no generan ni bien ni mal; tan solo antipatías, sorpresa y una que otra envidia. Ahora
bien la ignorancia, la arrogancia y el micrófono en un solo ser, se convierten
en un irresponsable peligro que hace mas mal que bien a la sociedad y a sus
actores. Y el mal está en desdibujar la función del verdadero comunicador, el
único que debería estar detrás del micrófono.
Permitir el periodismo desde la ignorancia y la arrogancia
nos lleva a someternos a las opiniones
infundadas y muchas veces injustas, de personajes que se creen poseedores de la
única verdad. Verdad fundamentada en sus percepciones u observaciones de
películas de ficción que buscan darle sabor al melodrama (como le sucede a la
periodista que me llevó a escribir sobre esto). Y en su verdad inventan hechos,
atacan en gavilla, apuntan con el dedo y señalan. Nunca, pero nunca aceptan una
posible equivocación y siempre, pero siempre, se quedan con la última palabra
ante quien los oye, los ve o los lee.
Parte de la función del periodista es señalar, me dirán
algunos, y claro que lo es, les contesto. Pero no se puede señalar desde la
ignorancia ni la percepción. Señalar irresponsablemente es destruir proyectos y
vidas.
Da gusto leer el periodismo fundamentado, así como es un
placer leer el periodismo de opinión. Refrescan y abren la mente de aquel que
quiere conocer mas del mundo y lo que en el sucede. Pero ojo con la confusión,
la opinión es una cosa y el periodismo investigativo otra.
Y para cerrar, qué decir de la defensa o maquillaje de
imagen de aquellos que con pauta y poder mantienen a estos mismos periodistas en
los mas altos índices de rating?.
La ignorancia, o por lo menos la falta de TODA LA VERDAD es nuestra condici'on epistemologica como hombres; acuerdate del cuento de los sabios ciegos y el elefante, donde cada uno lo describ'ia desde su perspectiva parcial: para uno, era como una cuerda (el que tocaba la cola), para otro, era como una manguera...etc. Por mas que intentamos conocer toda la verdad, no lo logramos A SOLAS. Por tu risa ante la ignorancia de la periodista, veo que esperas mas - esperas que no acepte la ficcion de las peliculas, sino que estudie las leyes como SON. Esa es su responsabilidad si es que va a hablar de ellas. Pero, el verdadero sentido de rechazo es contra la arrogancia de la ignorancia: no admitir que no se sabe todo. Y cuando sabemos TODO? Nisiquiera sobre nosotros mismos, nuestros verdaderos motivos e intenciones inconscientes, nuestro verdadero contexto de acci'on y lo que otros piensan.....nisiquiera sabemos lo que realmente esta pasando paralelamente con nuestra experiencia (parcial) de la vida. Solo somos conscientes de nuestra tajada, nuestra "realidad" que es la mejor interpretaci'on que podemos hacer de lo que percibimos, nuestra mejor aproximaci'on a la verdad total. Pero el pecado de la soberbia es creer que sabemos esa verdad sin contrastarla contra lo que los demas perciben y llegar a una verdad consensual. Esa periodista lanz'o SU VERDAD como si fuera esa verdad investigada y consensual, pero era solo rumor, chisme y "verdad" parcial, distorcionada y decepcionante, capaz de destruir proyectos de otros.
ResponderBorrarLos que ganamos la vida con la palabra ( o el guion, o el arte) debemos siempre sentir esa etica mas alta de buscar la verdad, TODA LA VERDAD, y nada mas que la verdad, conscientes de que no vamos a poder escaparnos de nuestra cosmovision propia que da coherencia a lo que vemos e interpretamos. De alguna manera, todos mantenemos el estatus quo, los medios mas que los individuos, y mantenemos las relaciones de poder que conocemos como nuestro mundo, nuestra cultura. Son pocos los radicales que pueden romper con eso!
Connie