Darby Shaw es el personaje principal de una novela de John
Grisham llamada The Pelican Brief. En
ella, Darby esgrime una teoría sobre el
asesinato de dos jueces de la Corte
Suprema de los Estados Unidos. La teoría
resulta ser cierta y con la inocencia de su observación, compromete al
Presidente de los Estados Unidos y su circulo mas cercano. En el desarrollo de
la historia su novio es asesinado y ella sufre una brutal persecución con la
que pretenden acabar con su vida.
Hoy voy a fungir de Darby Shaw, es decir voy a lanzar una teoría
sobre los últimos acontecimientos políticos relacionados con el famoso video de
Oscar Ivan Zuluaga y el hacker Andrés Sepúlveda. La mayoría de los hechos son
ficción y la teoría es simplemente una teoría de un loquito sugestionado por
los últimos acontecimientos:
Temprano en la mañana de hoy, me encontré que las redes
sociales estaban congestionadas por los comentarios hechos a un video publicado
por la revista Semana, en donde el candidato presidencial Oscar Iván Zuluaga se
reunía con el hacker Andrés Sepúlveda. Los cometarios eran duros y muchos de
los participantes solicitaban la renuncia del candidato por mentir y violar la
ley, entre otras cosas. Con apatía evadí el tema, hasta que la avalancha de
comentarios me llevaron a fijarme en el video en cuestión. Lo vi y quedé frío. Subí
a compartirlo con mi esposa y en la segunda reproducción detallamos que había algunos
saltos e inconsistencias en el mismo.“Y si fuera falso?” comenté en voz alta, “y por qué querría
alguien hacer eso?” comentó mi esposa.
Mi cabeza empezó a rodar y no ha parado hasta el momento. Mi
primer pensamiento me llevó al revés en las últimas encuestas que ha sufrido el
Presidente Santos. A los desesperados
intentos por ganar adeptos que lo han llevado a hacer alianzas con el diablo y
otros demonios. “Y si este video lo que busca es desprestigiar a Zuluaga en la
última semana de campaña?” Me pregunté. “Pues claro que de eso se trata,” me respondí
al momento. “Y si el video es cierto?” “En
un país decente no le queda otra que renunciar,” pensé. “Y si no es cierto?” Me
cuestioné. No importa, el daño estará hecho.
En la búsqueda de reacciones al video me fui encontrando que
en su última edición la revista Semana tiene una marcada tendencia anti
Uribista – Zuluagista y una somera inclinación, o por lo menos neutralidad
hacia el Santismo. Curioso? Pensé. “No, no, no, no ingenuo no!!!!,” me contesté
al segundo. Por Dios Eduardo!!!!!!, el director de la revista es sobrino del Presidente
de la Republica y el propietario de la
misma (La Revista) amigo y defensor del gobierno, me decía mi cabeza. “O sea
que la revista pudo prestarse para esto?”
No!!! me respondí. “Es imposible que una revista del prestigio de Semana
publique un video sin constatar su veracidad.” “Y si pasara?” Seguí preguntándome.
Si pasara la revista jugó el juego de lanzar un bombazo destructivo con la idea
de desprestigiar a Zuluaga para tratar de asegurar la presidencia del favorito
de su clase. “Y las consecuencias para la revista de hacer esto?” En un País
decente, su cierre, en Colombia ninguna. El juego es el olvido, la protección, silencio
y ceguedad de sus congéneres, es decir los periodistas, pensé. Acaso buscando
argumentos para justificar mi línea de pensamiento recordé los últimos
cuestionamientos hechos a los medios por su alineación gobiernista.
Y los hechos me han dado la razón, sin siquiera cuestionar
la veracidad del video, en un país lleno de tramposos, el tema del cual todos
hablan y quieren hablar hoy son Zuluaga y el hacker. El daño está hecho, han
logrado su cometido.
Le comente mi teoría a mi esposa y me miró con miedo y algo
de desesperanza en sus ojos, y me dijo algo que me marcó: Lo peor de la situación es que no podemos confiar en nadie, ni en los
medios ni en los políticos.
Como les dije, es solo una teoría, de un loquito acaso. Lo
triste de la historia es que es una posibilidad que me planteo y si me la
planteo es porque en este país ya nada deja ser imposible.
Si Zuluaga llegase a confesar o es atrapado en su mentira olviden
lo que escribí. Si nada de eso sucede contemos los días que nos llevaran al
olvido de este bochornoso y descriptivo incidente de nuestra triste realidad.