domingo, 18 de mayo de 2014

Teoría de una conspiración a una semana de las elecciones

Darby Shaw es el personaje principal de una novela de John Grisham llamada The Pelican Brief. En ella, Darby  esgrime una teoría sobre el asesinato  de dos jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos. La  teoría resulta ser cierta y con la inocencia de su observación, compromete al Presidente de los Estados Unidos y su circulo mas cercano. En el desarrollo de la historia su novio es asesinado y ella sufre una brutal persecución con la que pretenden acabar con su vida.

Hoy voy a fungir de Darby Shaw, es decir voy a lanzar una teoría sobre los últimos acontecimientos políticos relacionados con el famoso video de Oscar Ivan Zuluaga y el hacker Andrés Sepúlveda. La mayoría de los hechos son ficción y la teoría es simplemente una teoría de un loquito sugestionado por los últimos acontecimientos:

Temprano en la mañana de hoy, me encontré que las redes sociales estaban congestionadas por los comentarios hechos a un video publicado por la revista Semana, en donde el candidato presidencial Oscar Iván Zuluaga se reunía con el hacker Andrés Sepúlveda. Los cometarios eran duros y muchos de los participantes solicitaban la renuncia del candidato por mentir y violar la ley, entre otras cosas. Con apatía evadí el tema, hasta que la avalancha de comentarios me llevaron a fijarme en el video en cuestión. Lo vi y quedé frío. Subí a compartirlo con mi esposa y en la segunda reproducción detallamos que había algunos saltos e inconsistencias en el mismo.Y si fuera falso?” comenté en voz alta, “y por qué querría alguien hacer eso?” comentó mi esposa.

Mi cabeza empezó a rodar y no ha parado hasta el momento. Mi primer pensamiento me llevó al revés en las últimas encuestas que ha sufrido el Presidente Santos.  A los desesperados intentos por ganar adeptos que lo han llevado a hacer alianzas con el diablo y otros demonios. “Y si este video lo que busca es desprestigiar a Zuluaga en la última semana de campaña?” Me pregunté. “Pues claro que de eso se trata,” me respondí al momento.  “Y si el video es cierto?” “En un país decente no le queda otra que renunciar,” pensé. “Y si no es cierto?” Me cuestioné. No importa, el daño estará hecho.

En la búsqueda de reacciones al video me fui encontrando que en su última edición la revista Semana tiene una marcada tendencia anti Uribista – Zuluagista y una somera inclinación, o por lo menos neutralidad hacia el Santismo. Curioso? Pensé. “No, no, no, no ingenuo no!!!!,” me contesté al segundo. Por Dios Eduardo!!!!!!, el director de la revista es sobrino del Presidente de la Republica y  el propietario de la misma (La Revista) amigo y defensor del gobierno, me decía mi cabeza. “O sea que la revista pudo prestarse para esto?”  No!!! me respondí. “Es imposible que una revista del prestigio de Semana publique un video sin constatar su veracidad.” “Y si pasara?” Seguí preguntándome. Si pasara la revista jugó el juego de lanzar un bombazo destructivo con la idea de desprestigiar a Zuluaga para tratar de asegurar la presidencia del favorito de su clase. “Y las consecuencias para la revista de hacer esto?” En un País decente, su cierre, en Colombia ninguna. El juego es el olvido, la protección, silencio y ceguedad de sus congéneres, es decir los periodistas, pensé. Acaso buscando argumentos para justificar mi línea de pensamiento recordé los últimos cuestionamientos hechos a los medios por su alineación gobiernista.

Y los hechos me han dado la razón, sin siquiera cuestionar la veracidad del video, en un país lleno de tramposos, el tema del cual todos hablan y quieren hablar hoy son Zuluaga y el hacker. El daño está hecho, han logrado su cometido.

Le comente mi teoría a mi esposa y me miró con miedo y algo de desesperanza en sus ojos, y me dijo algo que me marcó: Lo peor de la situación es que no podemos confiar en nadie, ni en los medios ni en los políticos.

Como les dije, es solo una teoría, de un loquito acaso. Lo triste de la historia es que es una posibilidad que me planteo y si me la planteo es porque en este país ya nada deja ser imposible.


Si Zuluaga llegase a confesar o es atrapado en su mentira olviden lo que escribí. Si nada de eso sucede contemos los días que nos llevaran al olvido de este bochornoso y descriptivo incidente de nuestra triste realidad.

jueves, 15 de mayo de 2014

Asco? Como hacemos para votar bien

Suelo interesarme por la política, y confieso que en el pasado la proximidad de las elecciones me generaba adrenalina y emoción. En este momento a tan solo 10 días de los comicios para la elección de Presidente he pasado por la frustración, la rabia y el asco que me revuelven el alma. Creo que hace muchos años no sentía una desesperanza igual frente al futuro que nos presenta como país.

Hace unos meses me la había jugado. Creía firmemente en el proceso de paz y por ello había decidido darle mi voto a Juan Manuel Santos, a pesar de su mediocre y errática Presidencia. Aspiraba a que nuestro ilustre jugador de póker, se jugara en las últimas manos las cartas ganadoras que nos llevarían, como país, por la senda de la esperanza y a él (Santos) a alcanzar la estatura de estadista que tanto le obsesiona. Para mi desgracia el Presidente candidato se ha empeñado sin cuartel y extraña diligencia en hacerme cambiar el voto.  Hoy por fin lo ha logrado.

La marrulla politiquera, que parte desde el nombramiento de su flamante Vicepresidente, a continuado con las continuas reuniones  y subsiguientes adhesiones de políticos ( la última con  Gustavo Petro, un reconocido mitómano  e incompetente) que parecen mas una manada de hienas hambrientas en búsqueda de un botín que las alimente. Caminan como hienas, hablan como hienas, comen como hienas, sonríen (con sarcasmo) como hienas y tienen  el descaro de hacerse pasar por servidores públicos.

Acompañado de Oscar Iván Zuluaga, su mas directo contendor, nuestro ilustre estadista se ha dado a la tarea de polarizar el ambiente político y social del país, dividiéndonos entre buenos y malos o amigos de la paz y enemigos de la paz como el nos clasifica. La polarización ha servido como excelente cortina de humo para esconder su mediocridad como Presidente y ahora como candidato.  La pobreza de los argumentos e ideologías a llevado a las campañas a acusarse mutuamente de delitos que copan los titulares de los medios, en medio de una sensación de no saber quien esta mintiendo si el uno, o el otro, o simplemente los dos (me inclino por esta última).

Y como me quedo sin candidato decido mirar para los lados para ver que me encuentro y esto es lo que veo.

En la otra orilla política, no tan lejana ideológicamente, se encuentra el otrora amigo y compañero de gabinete (de Santos) Oscar Iván Zuluaga con su antiguo jefe y mentor Alvaro Uribe. Candidato interesante por su trayectoria pero pesimamente asesorado y peor acompañado. Su sombra nos recuerda a Kini y Lalo, los personajes con los cuales el ventrílocuo venezolano Carlos Donoso nos hacia reír no hace mucho. No sabe uno si  Zuluaga es Kini o Lalo.  La misma duda no la tenemos con el personaje que reemplaza a Carlos Donoso, que no es otro si no Alvaro Uribe. Carlos .. perdón Alvaro, habla por Oscar Iván, pelea por Oscar Iván, piensa por Oscar Iván, miente por Oscar Iván (aquí lo acompaña también Fernando Londoño) y desdibuja y mata con ello toda imagen favorable que el propio candidato podría tener. Flaco favor le hacen sus amigos al mostrarnos su falta de carácter y posición.

Continuo con mi recorrido y me encuentro con tres candidatos con buen pasado público y un mal presente político. Cuesta escuchar lo que dicen o proponen, pues sus tímidas voces se ahogan en el mar de cacareos y riñas de gallo, que  nuestros gallos mas finos han definido como las reglas de juego de esta contienda electoral. Los medios, alineados desde hace tiempo, acompañan y amplifican  la pelea rastrera y nosotros con morbo los seguimos. Solo comentamos sobre la última pelea de Santos-Uribe-Zuluaga, las desfachateces del Procurador y/o el Fiscal o la última barbaridad que Fernando Londoño escribe o dice.


Sea pues este el momento para explorar algunas propuestas distintas. Es hora de mirar en detalle el planteamiento que nos ofrecen Clara López, Enrique Peñaloza y Martha Lucia Ramírez. Es posible que a través de ellos nos reencontremos con la política de la buena, de esa que nos lleva a sentir emoción y esperanza de un país distinto. Frente al asco de lo que nos presentan nos corresponde a nosotros ilustrarnos para votar bien. Y si no hay nada siempre podremos votar en blanco, así a mi personalmente no me guste.