Cuenta la leyenda
que el famoso torero Luis Miguel Dominguín, (padre de Miguel Bosé) después de
su primera noche de pasión con la actriz Ava Gardner es sorprendido temprano en
la mañana por la diva vistiendo de afán. Ante la pregunta de la Gardner de ¿y
para dónde vas? este (Dominguín), con desparpajo le contesta ¡a contarlo!.
Sorprende que un conquistador legendario como Dominguín, un hombre de
mil y una mujeres, tuviera la necesidad de contarla al mundo que acababa de acostarse
con Ava Gardner. Pero así opera el ser
humano, o mejor dicho así opera por lo menos el enorme espacio cerebral que
alberga el ego, la altivez y la estupidez de los machos. Lo importante no es a quien
me “coma” lo importante es poder contar a quién me he “comido”.
Tentado por el
mismo impulso de Dominguín, la criolla figura de Juan Carlos Vélez Uribe cayó
en la horrible tentación de ir a contarlo, y de manera bien pública,
cómo le dio manejo a la campaña por el No en el plebiscito. Su conquista no podía
ser secreta, no eran suficientes los espacios de intimidad y arrepentimiento
para alimentar su alma. El protagonismo de otros, el de sus jefes, tallaba. Ser
peón era impensable, la figura del rey estaba tomada y él se merecía el honroso
lugar de una torre, tal vez un caballo o un arfil capaz de ¨comerse¨ a la
reina. Olvido Vélez que aquellos sin dotes de conquistadores deben comer callados
pues ¨el que come callado come dos veces¨.
Algo de cultura
popular le falta a Vélez, falta de cine. Hubiera sido suficiente que viera la película
Wag the Dog estrenada en 1997 y protagonizada por Robert de Niro y Dustin
Hoffman para entender cómo son las cosas. En la película se retrata una
situación similar a la que él vivía. En ella, Hoffman, un productor de cine
rescata al Presidente de los Estados Unidos en una reelección inventándose y
produciendo una guerra ficticia que le permite al Presidente recuperar su
liderazgo y ganar las elecciones. El precio, debía guardar silencio de todo lo
actuado. Hoffman y Vélez caen en el síndrome Dominguín, el personaje de Hoffman
es asesinado antes de abrir la boca, a Vélez lo niegan y rechazan sus pares y
lo deshonra el patrón. ¡Por lo menos barata la sacaste Juan Carlos!
Y es que los
machos estamos jodidos, primero queremos demostrar que tenemos el pipí más
grande, después que nuestro papa es más rico e importante. Cuando crecemos
llevamos cuentas y contamos a cuatro vientos cuantas nos hemos ¨comido¨
. Y ya cuando la vida y el cuerpo nos reposan, pagamos para que la revista
Dinero diga que tenemos la firma más grande.
Cierro con unos
sonetos que buscan honrar a Angel Marcel, mi maestro de escritura y poesía.
Vélez por parecerte a JJ Rendón
Quedaste como pituso güevón
Tremendo oso
Te has fajado muy baboso
Por bien quiera el expresidente
Tener ahora bien presente
Quedaste como pituso güevón
Tremendo oso
Te has fajado muy baboso
Por bien quiera el expresidente
Tener ahora bien presente
Que como jefe
No termine como mequetrefe
Y es que ahora a los Santos
Los han rescatado de los antros
un premio Nobel
Que no esta torre de Babel
No termine como mequetrefe
Y es que ahora a los Santos
Los han rescatado de los antros
un premio Nobel
Que no esta torre de Babel