Hace algunos años, en una conversación con mi amigo Guillermo,
le preguntaba yo qué hacía que un importante empresario hubiera dejado su larga
y exitosa carrera en el sector privado por un ministerio. Con la malicia que yo
en ese momento no poseía, Guillermo me contestó
“No hay que confundirse, lo que él quiere no es ser ministro sino ex-ministro,
condición que le permitirá hacer lobby y ganar muchos más dinero de lo que
hasta ahora ha ganado”. Con la crudeza de la frase me quedé y he venido rumiando
su significado durante todos estos años.
La semana pasada, una declaración del Presidente Santos - en
donde denunciaba el lobby de unos magistrados del Consejo Superior de la Judicatura
con algunos congresistas- trajo de mi profundo inconsciente la frase de amigo y
es por ello que hoy decido sentarme a escribir sobre este tema.
Dice Wikipedia que el lobby es el acto o la intención de
querer influenciar con ideas las decisiones de personas que en lo público o lo
privado tienen el poder de decidir sobre un tema específico. Mencionan también
que existen diversos tipos de lobby que van desde los prestados por profesionales
del lobby, organizaciones sin ánimo de lucro, pasando por empresas privadas o
simples grupos de interés organizados. En muchos de estos casos las personas
naturales y jurídicas reciben una remuneración por el servicio que prestan.
Con estas definiciones en mente, repasé parte de las
funciones de las divisiones de asuntos corporativos de multinacionales, gran
parte de la finalidad de las asociaciones gremiales, los servicios prestados
por algunos ex-funcionarios públicos, y el ejercicio profesional de algunos de
mis conocidos, y concluí que muchos de ellos son lobistas profesionales y que
devengan el pan de cada día de esta profesión. Recordé que yo mismo he hecho
lobby en asuntos privados, por intereses propios o los de algunos conocidos que
han requerido mi ayuda (como ayudar a conseguir un empleo a un conocido). Hasta
aquí todo bien, pensé, y me devolví a la declaración del Presidente Santos para
entender el por qué de mi inquietud.
La búsqueda en Google sobre la declaración me arrojo varios
links. Pinché la del Presidente y como lo dije antes, encontré que denunciaba
el lobby que estaban haciendo los miembros del Consejo Superior. Seguí
pinchando y me encontré con la declaración de Nestor Correa, (el sapo) en la
cual manifiesta que el fue el único magistrado que no estuvo de acuerdo en
hacer lobby en el Congreso para evitar la eliminación del Consejo Superior de
la Judicatura. Seguí leyendo las reacciones de periodistas y políticos y
encontré la condena del lobby por todos.
Como no siento que el lobby sea un delito, si no mas bien un
elemento de la democracia, me atrevo a pensar que los hechos que condenan el
Presidente Santos, políticos y periodistas, están relacionados con actos que
buscan ofrecer dádivas o puestos a los congresistas para que voten a su favor.
Bueno, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. El ofrecer dadivas o
puestos es llamado cohecho o tráfico de influencias y ambos están tipificados
por el derecho penal. Son actos punibles y como tal deben ser denunciados y
juzgados si tenemos conocimiento de ellos. El lobby, por mas que le he dado
vuelta al código penal, hasta ahora no es considerado como delito.
Y si es esto lo que quieren denunciar por qué no lo hacen? ahí es donde está la esencia de todo esto. Denunciar estos delitos sería el
mayor acto de cinismo que podría tener el Presidente Santos. No se entendería
que un mandatario que ha hecho de la mermelada su mayor activo político, lo
denuncie, así como así, como delito. Vendería su esencia y la de los de su
clase, como lo hizo el Magistrado Correa con sus congéneres. En este acto, mas
suicida que heroico, se quedaría sin argumentos para defender la nominación de
amigos inútiles en cargos del Estado, la designación de delfines analfabetas y
la repartición burocrática y de contratos entre aquellos que favorece. En pocas
palabras, mataría la esencia misma del Estado de Derecho, o su noción de Estado
de Derecho para ser mas claros.
Y como nadie puede decir las cosas por su nombre sin
salpicarse, es mejor crear una cortina de humo que señale a los lobistas y
condene su profesión. Que vergüenza con los lobistas!!!!!
Lo mas grave de todo esto no es que no haya una moral, pues
sí que la hay, es la doble moral de santos, apóstoles y ángeles que se pregona en
contraposición con la moral de Santos, Uribes y Vargas Lleras (para mencionar
algunos) la que hace que tratar de entender este país sea un imposible.