lunes, 17 de febrero de 2014

Sobre Indios y Flechas

En los últimos meses se vienen repitiendo las consignas que me han acompañado a lo largo de mi ya no tan corta vida. Reforma a la justicia gritan unos, reforma al sistema de salud replican otros, cambios al sistema de contratación, reforma política y eliminación de instituciones publicas arengan algunos. Y pienso yo como piensan los golfistas: que el problema no es de flecha si no de indio (frase utilizada por los jugadores de golf para señalar que el mal desempeño se debe al individuo y no al equipo que utiliza).

Y es que tendemos los colombianos a culpar a las instituciones y las leyes de todos los males que como sociedad nos aquejan, sin mirar el verdadero flagelo de la corrupción de los  indios y caciques indios que gobiernan las instituciones públicas y privadas, al igual que los que redactan o interpretan las leyes.

Nuestras instituciones y su  sistema jurídico (el viejo, el nuevo y los que vengan ) son rehenes de funcionarios y empresarios corruptos que con ayuda de asesores y abogados corruptos también (ahora se hacen llamar abogados sofisticados),  logran en un abrir y cerrar de ojos encontrarle un esguince a la ley que les permita satisfacer sus interés particulares. A la vez,  eliminamos y creamos nuevas instituciones (para hacer lo mismo que hacían las anteriores) para entregárselas a los mismos personajes  que producen exactamente los mismos resultados, ya que el problema no es de flecha sino de indio.

Cuando en un acto de desespero queremos recurrir a nuestros caciques encargados de administrar la justicia, nos encontramos con que ellos mismos hacen parte de la  raza de indios que ilusamente queremos sancionar. Se nombran y protegen entre ellos. Entran y salen de la administración de justicia, y tanto adentro como afuera su función es proteger  a su caciques y su sistema corrupto.

Cuando creemos que la copa se reboso y que es inaceptable lo que nos sucede, nuestros ilustres indios se rasgan las vestiduras en público y nos proponen cambiar nuestros arcos y nuestras flechas. No se les ocurre que podríamos abordar el tema desde la construcción de una raza de indios que nos guíen con rectitud desde lo público y lo privado. Y no lo hacen por que no les conviene, por que cambiando solo las flechas mantienen el estado corrupto de la sociedad que los enriquece.  Y si se dieran cuanta que el problema no es de flecha si no de indio.

La verdad es que muy a mi pesar he llegado a la horrenda conclusión de que en general somos una sociedad que equivocó su rumbo y sus valores. Valen hoy mas la marrulla , la trampa, las prebendas, el dinero fácil y la inequidad, que lo valores de rectitud y construcción de una sociedad justa y equitativa.


Va siendo hora de que como sociedad miremos hacia donde hay que mirar para que podamos evolucionar. Es necesario que abordemos el tema de la corrupción como un tema nacional, que  nos permita construir desde lo público y lo privado, una raza de indios  distinta. Una raza comprometida con la equidad, la justicia y  lo correcto. Esta nueva raza podrá jugar con el equipo (leyes o instituciones) que sean, ya que su desempeño estará enmarcado sobre pilares sólidos. Sus movimientos serán correctos y fluidos y el resultado, como el de un golfista del mas alto nivel, porque nuevamente el problema no es de flecha sino de indio.