jueves, 15 de mayo de 2014

Asco? Como hacemos para votar bien

Suelo interesarme por la política, y confieso que en el pasado la proximidad de las elecciones me generaba adrenalina y emoción. En este momento a tan solo 10 días de los comicios para la elección de Presidente he pasado por la frustración, la rabia y el asco que me revuelven el alma. Creo que hace muchos años no sentía una desesperanza igual frente al futuro que nos presenta como país.

Hace unos meses me la había jugado. Creía firmemente en el proceso de paz y por ello había decidido darle mi voto a Juan Manuel Santos, a pesar de su mediocre y errática Presidencia. Aspiraba a que nuestro ilustre jugador de póker, se jugara en las últimas manos las cartas ganadoras que nos llevarían, como país, por la senda de la esperanza y a él (Santos) a alcanzar la estatura de estadista que tanto le obsesiona. Para mi desgracia el Presidente candidato se ha empeñado sin cuartel y extraña diligencia en hacerme cambiar el voto.  Hoy por fin lo ha logrado.

La marrulla politiquera, que parte desde el nombramiento de su flamante Vicepresidente, a continuado con las continuas reuniones  y subsiguientes adhesiones de políticos ( la última con  Gustavo Petro, un reconocido mitómano  e incompetente) que parecen mas una manada de hienas hambrientas en búsqueda de un botín que las alimente. Caminan como hienas, hablan como hienas, comen como hienas, sonríen (con sarcasmo) como hienas y tienen  el descaro de hacerse pasar por servidores públicos.

Acompañado de Oscar Iván Zuluaga, su mas directo contendor, nuestro ilustre estadista se ha dado a la tarea de polarizar el ambiente político y social del país, dividiéndonos entre buenos y malos o amigos de la paz y enemigos de la paz como el nos clasifica. La polarización ha servido como excelente cortina de humo para esconder su mediocridad como Presidente y ahora como candidato.  La pobreza de los argumentos e ideologías a llevado a las campañas a acusarse mutuamente de delitos que copan los titulares de los medios, en medio de una sensación de no saber quien esta mintiendo si el uno, o el otro, o simplemente los dos (me inclino por esta última).

Y como me quedo sin candidato decido mirar para los lados para ver que me encuentro y esto es lo que veo.

En la otra orilla política, no tan lejana ideológicamente, se encuentra el otrora amigo y compañero de gabinete (de Santos) Oscar Iván Zuluaga con su antiguo jefe y mentor Alvaro Uribe. Candidato interesante por su trayectoria pero pesimamente asesorado y peor acompañado. Su sombra nos recuerda a Kini y Lalo, los personajes con los cuales el ventrílocuo venezolano Carlos Donoso nos hacia reír no hace mucho. No sabe uno si  Zuluaga es Kini o Lalo.  La misma duda no la tenemos con el personaje que reemplaza a Carlos Donoso, que no es otro si no Alvaro Uribe. Carlos .. perdón Alvaro, habla por Oscar Iván, pelea por Oscar Iván, piensa por Oscar Iván, miente por Oscar Iván (aquí lo acompaña también Fernando Londoño) y desdibuja y mata con ello toda imagen favorable que el propio candidato podría tener. Flaco favor le hacen sus amigos al mostrarnos su falta de carácter y posición.

Continuo con mi recorrido y me encuentro con tres candidatos con buen pasado público y un mal presente político. Cuesta escuchar lo que dicen o proponen, pues sus tímidas voces se ahogan en el mar de cacareos y riñas de gallo, que  nuestros gallos mas finos han definido como las reglas de juego de esta contienda electoral. Los medios, alineados desde hace tiempo, acompañan y amplifican  la pelea rastrera y nosotros con morbo los seguimos. Solo comentamos sobre la última pelea de Santos-Uribe-Zuluaga, las desfachateces del Procurador y/o el Fiscal o la última barbaridad que Fernando Londoño escribe o dice.


Sea pues este el momento para explorar algunas propuestas distintas. Es hora de mirar en detalle el planteamiento que nos ofrecen Clara López, Enrique Peñaloza y Martha Lucia Ramírez. Es posible que a través de ellos nos reencontremos con la política de la buena, de esa que nos lleva a sentir emoción y esperanza de un país distinto. Frente al asco de lo que nos presentan nos corresponde a nosotros ilustrarnos para votar bien. Y si no hay nada siempre podremos votar en blanco, así a mi personalmente no me guste.

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